Península Valdés │ Un viaje para toda la vida

Publicado por paz vicuña en

La aventura se remonta a 5 años atrás, cuando vi por primera vez “El faro de las orcas”. Esta película hispano-argentina fue ambientada y filmada en Península Valdés, desde ese día que este destino se volvió un sueño para mí. 

Creí que nunca sería posible conocerlo, hasta que le comenté la idea a Cristóbal, mi compañero de aventuras y vida. Pasaron segundos, me miró ¿y si vamos? Vamos. Y así partió nuestra aventura junto a Cris y nuestro hijo/perro Ancla!

Todos los años entre agosto y diciembre, las Ballenas Francas se acercan a Península Valdés para cumplir con su ciclo reproductivo. Recorren las costas con sus crías, su inmensidad y sus saltos característicos.

¿Auto o avión? ¡Vamos a Bariloche!

Lo primero fue decidir si íbamos en auto o en avión. Nos gusta mucho acampar y movernos libremente, entonces decidimos irnos en auto (si quieres ir en avión, debes volar hasta Trelew y luego trasladarte en auto. Calculando nos dimos cuenta que esta opción nos salía más cara)

Luego de varias noches de organización, nos equipamos bien para nuestro camping con una carpa de techo y toldo marca Tentline, muchos implementos Atakama y Kano Outdoor. Salimos de Santiago rumbo al Sur de Chile. La primera noche paramos en Temuco y al día siguiente partimos temprano en dirección al paso "Mamuil Malal" para cruzar hacia Argentina. Estábamos en plenas Fiestas Patrias, por lo que el paso de la frontera no fue muy rápido. Sin embargo gozamos con los increíbles paisajes del Sur de Chile, sus araucarias y montañas nevadas.

Cruzamos a Bariloche y el tiempo no nos estaba acompañando. La Península pronosticaba lluvia y esto no era una buena noticia para nosotros. Decidimos alargar nuestra estadía en Bariloche para esperar que pase el mal tiempo. Aprovechamos de recorrer esta linda ciudad patagónica y deleitarnos con su deliciosa gastronomía. Recomiendo almorzar en la Cervecería Patagonia en el km24.7 y comer en la Cervecería Manush.

*Es muy importante llevar dólares y pagar todo con efectivo en Argentina, así sale todo mucho más económico. Los dólares los puedes cambiar en muchos lugares de Bariloche.

 

Puerto Pirámides, ¡Allá vamos!

Emprendimos rumbo a nuestro destino final. Ahora nos tocaba un tramo largo de más o menos 10 horas. Salimos muy temprano desde Bariloche hacia Puerto Pirámides. El camino es muy lindo, las carreteras son buenas y tienen varias bombas de bencina. Alrededor de las 18:00 hrs, llegamos directo al Camping Municipal de Puerto Pirámides. Administrativamente se encuentra cerrado hace 2 años, pero igual puedes ocupar el lugar de manera gratuita, sin duchas, ni baños. Si vas de camping, es el lugar ideal para quedarse! Tiene espacio privado al costado de la playa para más de 40 autos/campers, protegidos del viento, cada sitio cuenta con luz, enchufes y salida directa hacia la linda playa del puerto.

 

 El tiempo aún no nos estaba acompañando y esto es un gran problema en la Península. Cuando llueve, todos los caminos se cierran porque la tierra se vuelve muy resbalosa y peligrosa, esto quiere decir que sólo puedes recorrer la península a pie. En este momento estábamos un poco tristes, ya que habíamos viajado muchos kilómetros para llegar a la península y el tiempo se venía con mucha mucha lluvia. El viento tampoco nos acompañaba, cerraron el puerto porque había viento sur. Esto significaba quedarnos en el camping hasta que saliera algún rayito de sol. Lo bueno fue que nunca perdimos la esperanza, sabíamos que el sol iba a salir!

Los primeros 2 días fueron de lluvia y frío, pero nada que una fogata y una copa de vino no solucione. Cris siempre con mucho optimismo de que el sol iba a salir, hasta que salió! Este sentimiento no lo puedo olvidar, nos despertamos y vimos una pequeña ventana de sol en el cielo. Nos abrazamos y saltábamos en la arena de felicidad, al fin podremos salir a navegar y ver ballenitas.

¡Salió el sol y llegó el amor!

El puerto ese día seguía cerrado, así que aprovechamos de salir a caminar y conocer los lindos acantilados que limitan con el puerto, lugares increíbles llenos de fósiles de ostras y rodeados de pozones naturales. Caminamos en dirección a Punta Pardelas y empezamos a ver las primeras ballenas, cada una con su cría, jugando, saltando, están muy cerca!! Ya estábamos felices, aún no sabíamos lo que se venía los siguientes días.. Seguimos caminando y aquí fue cuando llegó el momento más importante de todo nuestro paseo, Cris me pidió matrimonio en el lugar de mis sueños mientras las ballenas saltaban a metros de nosotros, nunca lo olvidaremos :)

 

Bienvenidos a bordo :)

Celebramos juntos este lindo momento y al día siguiente empezó el buen tiempo en la Península. Salimos a navegar temprano con nuestros nuevos amigos de viaje: El Negro y Bru. Increíbles fotógrafos, que hicieron que nuestro viaje fuera aún más perfecto. Amigos que quedarán por siempre. Existen seis empresas de avistaje de ballenas en el puerto: Peke Sosa , Bottazzi, Hydrosport, Punta Ballena, Southern Spirit y Whales Argentina, las 6 ofrecen el mismo servicio y todas son muy buenas.  El primer día navegamos en un bote semirígido de la empresa Peke Sosa. Te subes al bote y empieza la acción! Rodeados de muchas ballenas, hace 50 años no se avistaban tantas ballenas en la zona, 1.420 ejemplares recorriendo la península, una maravilla. Se acercan al bote, saltan, juegan y la mejor parte es que va cada ballena acompañada de su ballenato, enseñándole y mostrándole lo que es la vida en el mar.

 

Ese mismo día en la tarde abrieron algunos caminos y empezamos a recorrer un poco la península.  Al día siguiente nos embarcamos con la empresa Southern Spirit. Cada avistaje es diferente, compartes lindos momentos con personas en el bote, los guías son muy experimentados  y las ballenas se comportan distinto cada día. Las Ballenas Francas tienen callosidades que varían de ejemplar a ejemplar y son una manera de identificarlas. Lo entretenido es que uno las empieza a identificar y recordar, es como si te vinieran a saludar nuevamente al bote!

 

Hasta el momento estaban abiertos solo algunos (pocos) caminos, ya que tenían que estar completamente secos para poder transitar. Fuimos a conocer una linda playa llamada Villarino, nos quedamos toda la tarde ahí, viendo ballenas desde la costa y disfrutando de un día maravilloso de pleno sol!

Sigamos nuestro recorrido

Cada día uno va conociendo un poco más la península y disfrutando cada segundo en este increíble lugar, su flora y fauna.  A 75 km del puerto, te encuentras con Caleta Valdés. En ella encontrarás una colonia de Pingüinos de Magallanes que vienen desde septiembre a este lugar a reproducirse. Sobre la punta Sur de la Caleta (Punta Cantor), podrás ver muchos Elefantes Marinos que se acercan a la costa para reproducirse y cambiar su piel. Y si tienes mucha suerte, podrás encontrarte hasta con orcas.

Se acerca nuestra última noche en Puerto Pirámides y queríamos despedirla como corresponde! Asique salimos a comer con el Negro y Bru a un restaurant que se llama ”La Estación”, recomendadísimo! Buen ambiente y comida.

¡Lo mejor para el final!

Solo nos quedaba 1 día y por fin abrieron el camino para llegar a la mejor y más famosa de las playas, El Doradillo. Pero antes debíamos embarcarnos por última vez para despedirnos del mar y todo lo que nos regaló durante estos días. Esta vez navegamos nuevamente con la empresa Peke Sosa y fue sin duda el mejor avistaje de los tres. Ademas de miles de ballenas rondando cerca nuestro, nos tocó la suerte de encontrarnos con una Ballena Franca juguetona. Saltó a pocos metros del bote, por centímetros no cae adentro, inolvidable. Se acabó nuestro último (y mejor) avistaje, nos despedimos de nuestro lindo camping y del puerto. Desarmamos el campamento por si decidíamos alojar en otro lado en nuestra última noche y partimos rumbo al Doradillo. Todos los años las Ballenas Francas visitan la zona y permiten un avistaje costero, el agua es muy calmada y hay una profunda pendiente en la orilla, lo que permite que las ballenas descansen a pocos (muy pocos)  metros de la costa cuando la marea está arriba. Son kilómetros de playa en las que  puedes estacionarte y bajar a ver este espectáculo. Primero nos instalamos en Playa Las Canteras, en donde nos dedicamos a contemplar. Uno podría estar todo el día en esta bahía, es lo más impresionante que he visto y veré en mi vida. Cada ballena con su ballenato en la costa, con una calma inigualable. Es emocionante verlas, esa inmensidad capaz de entregar tanta energía. Muchos kilómetros de costa donde reina la solitud, muchas personas contemplando y disfrutando de este gran momento, nadie habla, solo ellas.

 El sol se comenzaba a esconder y decidimos movernos 2 o 3 kms hacia el norte, a Playa Bañuls, que tiene la posibilidad de entrar con tu camper y acampar/dormir a metros del mar. Armamos campamento, preparamos nuestra última comida, abrimos nuestro último vino y disfrutamos toda la noche escuchando ruidos y saltos, es como estar durmiendo con ellas. Despertamos con un amanecer maravilloso. Abrimos la carpa y lo primero que vemos es una ballena con su cría a no más de 5 metros, esa fue nuestra última y gran mañana. Tristeza porque esta aventura se acaba, pero felicidad de haber cumplido un gran sueño. Sin duda un lugar que volveremos.

 

Partimos rumbo a Bariloche, felices y cargados de amor. Llegamos directo a despedir Argentina con una rica comida en la Cervecería Manush. Al día siguiente pasamos de vuelta por el paso Mamuil Malal hacia Villarrica, donde estuvimos una noche y de vueeeeelta a Santiago.

Casi 5.500 km de aventura, amor, recuerdos y un sinfín de flora y fauna que quedaron en nuestro corazón para siempre.

Un lugar que nunca olvidaremos y siempre recordaremos, nos vemos pronto Península Valdés 

                                             Pacita, Cris y Ancla